El sentimiento universitario

“En mi opinión, él y el obispo Antonio Palenzuela han sido las dos cabezas mejor amuebladas que hemos tenido en Segovia en las últimas décadas”.

La frase es del presidente de los periodistas segovianos y se refiere a Paco de Paula Rodríguez, quien fuera mi profesor en la Universidad de Segovia. Hoy, por una de esas cosas de la vida, me acordé de una anécdota que vivimos con él. Al preguntar por su paradero, me he encontrado con que ya murió. Era un sabio, de eso no hay duda y su propio curriculum habla de ello.

La historieta que os cuento la vivimos en Diciembre de 2001. Un mundo cambiante, el post 11S. Un momento estupendo para estar en la universidad y escuchar a catedráticos, expertos, políticos, profesores. Aquel día era puente y casi nadie había ido a clase. Estábamos ahí solo Deivid y yo, si no recuerdo mal, y con Paco de Paula nos fuimos a la cafetería a dar una clase especial…en torno a la famosa tortilla que nos ofrecía la cafetería de la SEK.

“Business as Usual” fue el tema de nuestra particular clase. De Paula nos contó de dónde surgió la expresión pero lo hizo con una gracia – era un gran conocedor de lo británico – que no se puede encontrar en ningún blog. Aquello nos entusiasmó, le escuchábamos con deleite. El profesor – con su estilo inconfundible – nos dijo entonces que disfrutáramos de esos años, que estábamos en pleno “sentimiento universitario” – “pensamiento universitario”. Que lo que estábamos viviendo en el Campus no lo recuperaríamos jamás. Seríamos otros, con obligaciones y devenires, en otros ambientes además.  La universidad, ya nos advertía en el primer año de carrera, era un momento crucial de nuestras vidas.

– Fotografía de Javier Calvo –

Hoy he recordado lo que echo de menos aquel ambiente. Me pasa a menudo – los bares que fuimos – pero esta vez ha sido por algo bueno.

Verán, ahora en el día a día se nos olvida por qué en algún momento quisimos ser periodistas. Estamos atrapados en este continente de desilusión, en esa única esperanza de no quejarnos para no perder lo poco que tenemos. Y nos consolamos con los puntos brillantes de un entorno mediocre. Madrugamos cada mañana esperando que algún día salga el sol o nos dé un meteorito en la cabeza.

Pero en la universidad tenía muy claro por qué quería ser periodista. Y comerme el mundo. Y entrevistar e indagar. Y viajar por medio mundo y seguir preguntando; y conocer gente interesante y repreguntar y conocer. Estaba en la universidad por un ansia infinita de conocer más. Saber más. Y pensaba que jamás perdería ese hambre, porque ese era yo: El que siempre quería más.

Sigo siendo ése, pero en batalla contra la desgana. Sigo queriendo viajar por el mundo pero muchas veces no tengo tiempo y cuando tengo tiempo lo que no tengo es dinero.  Al menos me niego a poner la televisión, para demostrar que sigue quedando algo de ese caníbal de tortillas y esperanzas de doce años atrás.

Pero hoy he vuelto a tener el sentimiento universitario.  Se están celebrando las #JornadasPortugalEspaña en la UVa. Son unas jornadas sobre la transición en los países ibéricos (siempre fui iberista) y lo que se puede extraer de nuestro periodo histórico para aplicar en lo que está sucediendo en el Norte de África. ¿Mucho, poco? El tema es apasionante.

Este martes he hablado con la profesora Virginia Martín y me he sentido como aquel alumno que preguntaba cosas y se sorprendía con algún detalle.


La verdad es que nunca estudié un carajo, porque lo que me interesaba era leer y leer. Y al final aprobaba por pura catarata de detalles que iba guardando en la memoria. Si yo estuviera ahora en la Universidad, seguro que me acabaría sentando al lado de Ana Cordobés y tuitearia todo y de todos.

“Es la tarde de Castilla y León”

Y, por último, tuve el placer de sentarme al lado de Francisco Fonseca (Comisión Europea) y el premio Cossío a la trayectoria profesional Agustín Remesal. Yo ahí era un bulto sospechoso, un lechón. Me limité a hacer las preguntas pertinentes y sobre todo a escuchar lo que contaban. Mi labor, simplemente, era no estropear el clima de sonrisas que habían traído a la emisora:

Y al final recordé por qué algún día quise ser periodista. Y por qué a pesar de los pesares no suelto esta profesión endemoniada. Te quita tiempo, no da dinero…pero de vez en cuando te da ocasión de volver a sentir el pensamiento universitario, las ganas de aprender y conocer, estar cerca de maestros y quedarte a su vera a aprender.

Hubo un día en el que quisimos comernos el mundo y no que el mundo nos deglutiera. Hay que honrar lo que nos forjó.

* La magnífica foto del reflejo es de Javier Calvo, que lleva un año regalándonos instantáneas preciosas en http://javicalvofotografias.blogspot.com.es/.

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4 thoughts on “El sentimiento universitario

  1. Qué grande eres y qué bien reflejas los ánimos cambiantes… yo me considero una iniciada en la vida y, sin embargo, qué diferencia con los que vienen detrás. Imperdible post.

  2. Un honor para mi aparecer en esta entrada amigo Rubén. Muchos me conocéis por mi faceta como amante de la fotografía pero soy un iberista convencido. Durante tres años acompañe a Agustin Remesal en esa aventura llamada Ruta Ibérica como Jefe de Ruta. En ella 150 chic@s de los dos lados de la raya recorrimos la Península y el Norte de Marruecos…que recuerdos… Gracias amigo por incluirme en esta entrada, no podía ser en otra mejor…

  3. “Estamos atrapados en este continente de desilusión, en esa única esperanza de no quejarnos para no perder lo poco que tenemos”

    ¿Quién te ha dado permiso para meterte en mi cabeza y sacarme este pensamiento?… Eres grande compañero. Te sigo, desde el silencio de un hombre sin Twitter ni Facebook, pero te sigo.

    Un abrazo

  4. Madre mía ¡Paco de Paula!
    Ay, lo que daría por volver mañana mismo a octubre de 2001. Si tuviera una máquina del tiempo cambiaría casi todo lo que he hecho desde que acabé la carrera, pero de aquellos años, ay, de aquella pipiolez no cambiaría ni una coma 🙂

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