El problema de los tres cuerpos

¿Renovará «El problema de los tres cuerpos» en Netflix? La duda existe, porque está siendo bastante vista… pero es muy cara. Yoyadije de época el que nos marcamos por aquí en Enero de 2023, cuando profetizamos «Netflix tiene un problema, que paradójicamente puede ser también su solución».

Yo la recomiendo. A mí, lo contaba en ese enlace, me chifló la adaptación televisiva china, pero los que defienden que Netflix debería haber respetado el libro igual… se equivocan y mucho. Salí en defensa de lo netflixero argumentando por Twitter que es «imposible adaptar la obra de Cixin. Si se hace como han hecho en China, aquí no lo ve nadie. Hay que hacerlo digerible a un público mayoritario, porque el presupuesto es alto. Se percibe el plan. Me gustó»

Entiendo qué están haciendo con el personaje de Eiza, por ejemplo, que es muy criticado (menudo disgusto me pillé al decirme #pstw que ya no está con Mario Casas). Veo donde lo llevan. Y aún así está costando llegar a una audiencia que lo haga rentable. Era muy complicado.

Espero que Netflix deje madurar la cosa porque las siguientes temporadas pueden ser visualmente brutales. Así que me sitúo con los satisfechos. Pero precisamente porque veía que era imposible y había que hacer “cositas” al libro. «Y por otra parte siempre tendremos el libro», dejé puesto, para concluir con un reto: «A los más críticos les pondría el reto de adaptar lo de Baoshu, la redención del tiempo. Y hacerlo económicamente rentable. Eso sería gloria».

Aquello acabó hablando de Teo. El de las aceitunas no, el otro.

De vuelta a los tres cuerpos se me apareció Ávila por la mente. Y así empecé a escribir por «Los 4 Palos» lo siguiente…

Haters gonna hate, nos había advertido ya la dueña del mundo (Taylor).

Así, de entre todas las críticas recibidas por la serie de Netflix «El problema de los tres cuerpos», una me dejó especialmente desorbitado: «si los bichos están en un planeta que gira alrededor de tres soles, el problema no es de tres cuerpos, sino de cuatro». Los que odian van a odiar, sí. Pero razón tenía, no cabe duda.

Entonces mis neuronas hicieron sizigia y vi la luz: «Lo del Mercado Chico es, en efecto, un problema de los tres cuerpos… que son cuatro».

Ya lo habrán visto en las noticias: que si te apruebo los presupuestos, que si no; pues a ver si hacéis un gobierno de coalición, pues ponte de acuerdo; pues no, ponte de acuerdo tú; que no, que acuérdate tú.

Así que tenemos el sol amarillo, ganador de las elecciones. El sol azul, que quería volver a ganar pero no lo hizo. El sol rojo que parece que sí pero luego que no. Y el sol verde, que tiene también sus propios problemas y sabores gallardos. La cosa, como ven, reviste gravedad.

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