man in an astronaut costume hitchhiking

¡Esquens, esquens, esquens!

Esquens, esquens, esquens. Y lo malo es que tenía razón.

Os voy a contar la historia de un viaje. De un viaje con DJ Totana.  Tal vez recuerden esa historia: el pequeñajo, ya de muy pequeñajo… hacía de pinchadiscos en el coche. Rápidamente aprendió a manifestar que le apetecía escuchar otra distinta. 

Hemos evolucionado desde entonces: el abanico musical se ha ampliado y además controlamos algo ya las letras. Con la S, Shakira y Yatra, de nombre Sebastián. Con la A, Aitana. C de Camilo. Y B de Bruno Mars.

El día anterior había hecho ya un amago, por las calles de Valladolid.

– Quiero la de Esquens, Esquens, Esquens.

– ¿Y esa de quien es, hijo?

– De Bruno Mars.

Alguna que diga que puede, que el «quen», imagino deprisa. Aunque no me suena de nada.

Aparcamos rápido, supongo, porque la situación no fue a más. Hasta que llegó el día siguiente…

Navidad. Viaje a Madrid. Absolutamente despierto, por supuesto, DJ Totana se disponía a volver loca a Siri pidiendo canciones. Y tras cantarle a Piqué que le felicitábamos, lanzar grititos looking for con los black eyed peas y recordar que esto es Africa, llegó el momento…

– Quiero la de Esquens. De Bruno Mars.

– Dices la del «oh ye ye, oh ye ye ye ¡uh!»

– No, Esquens, Esquens, Esquens.

– La de los monos y silbidos.

– No: «Esquens, Esquens, Esquens»

CSI Esposa toma el control poniendo canción tras canción del grandes éxitos del bueno de Peter Gene Hernández, Bruno Marte para los colegas. Pero no. ni asomo de Esquens.

«Llama a tu padre», reclamo a Mrs.Wife. El niño dice que se la ha puesto tu padre, llama a tu padre. «No la encontramos nosotros, qué va a saber mi padre», objetaba con presumible acierto mi copilota.

Llegamos a Madrid. Pasamos el día. Cantamos Eres tú de Mocedades y el Cha-Ca-Cha del tren, muito obrigado. Pero no se le iba a olvidar, no.

Las Rozas, 21:00 de la noche.

– Quiero la de Esquens, Esquens, Esquens.

– Cantalá un poco hijo, di algo más que Esquens.

«Busca Esquens en Google, que esto es como chuchuguá, que lo pongas como lo pongas Google te lo encuentra».

Pero no.

Y entonces se me enciende la bombilla: no es Bruno Mars. Es otro cantante que le hayamos puesto diciéndole que es del estilo: bailable, pegadizo. Pongo «Happy» de Pharrell Williams. 

– Que no, Papá. Que ésta no es la de Esquens. Te has confundido, Papá. ¡Pero qué tontería!. 

DJ Totana estaba muy arriba. Iba a durar muy poco el asunto…

Porque yo, DJ Padre, había recordado de repente la peli Trolls.

Villacastín, 21 y pico.

Esquens, esquens, esquens.

Y lo malo es que tenía razón.

Es indudable: la primera vez dice Dance, pero luego ya no: dice Esquens. Así lo escucho ya. Can’t stop the feeling.

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One thought on “¡Esquens, esquens, esquens!

  1. Jajaja, ¡dice esquens claramente! Por aquí también somos expertos en traducciones imposibles. Ahora mismo del Simón al inglés y del Pablo al español (no sé si prefiero que pida por vez cincuentaysietemilsetecientos “allo pito” aka El gallo Bartolito o el sudor y las horas de YouTube intentando adivinar la nueva canción que haya sonado en la guarde…) Una filología nos merecemos. Y, en mi caso, unos tapones para los oídos también.

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