¡Sónico! (yo era muy de Sega)

Yo también me alucino de cómo los niños de ahora se hacen enseguida a tablets, portatiles, móviles, pantallas táctiles. Ya me pasaba con mi sobrina hace lustro y pico, y ahora lo veo doblemente en mis dos diablillos de Tasmania. Lo rápido y autodidacta que entienden cómo se hacen más grandes o más pequeñas las imágenes, el pasar de una a otra, el scroll. Y no es que seamos unos padres que les dejen la pantalla sin medida. Más bien al contrario: un uso muy limitado y controlado. Eso, precisamente, hace que se incremente mi sorpresa.

Pero también me acuerdo de mí mismo. La Game Gear (Sonic, Columns) llegó a Europa en el 91, y supongo que más o menos por ahí me hice con una. Si veo fotos de viajes, sobre todo a Granada, no es difícil encontrarme con una en la mano. Los adultos hablaban de sus cosas, yo estaba por Green Hill. Así que bueno, la carga genética ya lleva por mi parte «interés por cacharritos» . Tal es así que estoy ahora mismo escribiendo en una web, en 2022, tipo raro.

Seguramente haya épocas en las que he tenido demasiada pantalla, pero tiene sus ventajas. Ahora mismo tengo una colección de juegos de Game Gear bastante apañada. Hasta un cable para poder jugar sincronizado con otra Game Gear, que algunos vicios a los juegos olímpicos hemos echado con ello. Tiene cierto valor mi caja (ha sobrevivido a varias mudanzas) de juegos. Si no viviera en la inabarcabilidad seguro que de vez en cuando me echaba aún una partidilla. Hay juegos muy buenos. Y desafiantes, no como los juegos buenistas y facilones que hacen ahora. No recuerdo ahora, pero hubo un Sonic que ya se hizo muy sencillo. Pero los viejos, ¡ay los viejos!. Morías y punto.

Qué juegazo era Sonic. Yo quería que Sega ganara a Nintendo. Robotnik dio nombre a uno de mis monstruos amorosos en «El Guisante» (recordad que se puede regalar para Papá Noel y Reyes Magos, en Amazon). En fin, yo quería que Sega ganara a Nintendo… y ahora tengo una Switch

Por todo ello me daba miedo ver la peli de Sonic. Aunque estuviera Jim Carrey, que siempre me ha gustado. Pero lo hice, la semana pasada. Vi la primera y me pareció … sónica. Sale Green Hill, los bigotes, Sonic va tan acelerado como las horas en mi reloj y es una peli simpática. Así que si una tarde o noche quieren ver algo sin pretensiones… su amigo el erizo azul no es mala idea. Sonic nunca defrauda.

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