Pongamos que hablo de escribir
Entro al Ave con el libro debajo del brazo. Yo como un tonto, buscando la melodía y necesitando una copa para olvidar las del día anterior. Las corbatas se multiplican y al ejecutivo (oh sorpresa) le suena una canción de Marea como politono. Saco los auriculares mientras me imagino siendo el señor Roche al que
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