El detective impuntual

Siempre encontró las respuestas a destiempo, cuando los besos de poleo se habían dejado el sabor en el eco, eco, eco. Sonidos perdidos en las no-batallas por cobardía. En el lienzo un aliado atenazado e incapaz de responder a un te echo de menos, acobardado por el recuerdo de una película como amigos que acabó arrugando las sábanas y firmando un inútil hasta luego.

Hay asuntos que no mueren con palabras ni distancias. Hay balas que desafían la gravedad y siguen esperando la entrada definitiva.

“Como siempre, empezó a desentrañar la maraña cuando ya era tarde, aturdido aún por la mirada que de honda se manifestó enigmática…

Nunca entendió nada a la primera. Antes al menos le salvaba la naturalidad, la inconsciencia. Ahora sólo resulta estúpido. Lento y estúpido. Perdido como todas las batallas a las que llegó tarde. ¿Es mejor acudir a la refriega o es mejor dejar volar? Será que sí que existía la tecla mágica pero nunca la encontró. ¿Y entonces que se supone que puede decir? Si no puede prometer algo mejor, porque no se fía de si mismo, ni tampoco puede borrarse de todas las vidas por temor al vacío que sentiría sin ellas.

Sabiendo, a pesar de todo, que la alegría es la compañía…que no deberíamos renunciar a las personas que nos causan las sonrisas y nos cambian el carácter. Es la compañía, estúpido. Todo lo demás son cenizas.

Estuve revisando en los archivos
buscando los motivos donde nunca los busqué
el tiempo avanza decidido desde el campo enemigo

… se apagó la hoguera de la vanidad…

Acuso a los míos de haber dejado de lado la naturalidad. Les acuso de haber renunciado a las batallas y haber abandonado mil sueños. Culpo a la maestría en el arte de mirar para otro lado y engañarse a pensar que era mejor no estorbar aquí ni allí. Maldigo el día que renunciamos a buscar la felicidad. La comodidad nunca dio respuestas, sólo sirvió vacíos en el estómago.

…sin humo y sin pistas y por tanto sin respuestas, el detective sin fuerzas acudió impuntual a la cita con el caso que nunca desentrañó del todo. Ojos abiertos, desconfiados y el recuerdo del tacto del beso con sabor a pipa. Al final todo empieza y acaba en un viaje y una maleta

…Este año tampoco soplaron juntos las velas. La noche de domingo sirvió su amargo sabor a derrota.”

 
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5 thoughts on “El detective impuntual

  1. Que si, Ru, que los domingos son un asco =)

    Uno no renuncia a buscar la felicidad, es que la felicidad absoluta no existe, ni creo que quisiéramos que lo hiciera. Si estuviera presente siempre.. no la valoraríamos…

    Toma, mi texto de cabecera jiji

    «En cualquier caso y fuera como fuera era paz lo que seguramente ansiaba y necesitaba. Lo que necesita todo creador. Alguien que ha nacido con la maldición de no resignarse a esta realidad que le ha tocado vivir. Alguien para quién el universo es horrible. O trágicamente transitorio e imperfecto. Porque no hay una realidad absoluta. NI TAMPOCO UNA FELICIDAD ABSOLUTA. APENAS SE NOS DA EN FUGACES Y FRÁGILES MOMENTOS, Y EL ARTE ES UNA MANERA DE QUERER ETERNIZAR ESOS INSTANTES DE AMOR O DE ÉXTASIS. Y porque todas nuestras esperanzas se convierten tarde o temprano en torpes realidades. Porque todos somos frustrados de alguna manera, y si triunfamos en algo, fracasamos en otra cosa. Por ser la frustación el inevitable destino de todo aquel ser que ha nacido para morir. Y porque todos estamos solos, o terminamos solos algún día. Los amantes sin el amado. Los padres sin sus hijos o los hijos sin sus padres. Y porque toda la vida es un perpetuo desencuentro, y alguien que encontramos en nuestro camino, no le queremos cuando él nos quiere. O le queremos cuando él ya no nos quiere. O después de muertos, cuando nuestro amor es ya inútil. Y porque nada de lo que fué, vuelve a ser».

    Pero hoy ya no es domingo, hoy ya es lunes. Hoy Ru tiene que ser el Ru de siempre otra vez. Para que me siga regalando momentos de esos de felicidad jiji =)

  2. Oye, Abaddon, que ya sabes que los detectives pueden parecer huraños pero siempre se toman luego su tentempié del mediodía con una sonrisa (Y si es con Debra Morgan mejor que mejor).

    Pero no le busques una interpretación única, estaba mezclando diversas historias que han venido a mi mente después de este fin de semana tan genial de charlas, reencuentros y descubrimientos. Que a veces se renuncia a una felicidad mayor por una menor más estable, que a veces entras en lugares que era mejor dejar quietos y sin embargo otras veces dejarlo quieto es el gran error. Es decir, que nada es constante. Tampoco la felicidad.

    Tirando de Rot y resumiendo: El que no baila está muerto. Hay partida

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