Querida Susi, Querido Paul
09/03/2013
No sólo yo cumplo años, lo hacemos todos. Hasta los insultantemente jóvenes cumplen años. Hasta mi sobrino, aquel Mini-Ru de mis primeros tiempos blogueros, tiene ya el mismo número de zapatilla que mi madre. Crecen esas criaturas, crecen como demonios.
Nada es lo mismo desde que tu sobrino te gana una carrera de Mario Kart.
Pero algo les falta a estas nuevas generaciones. Mi recuerdo de los primeros años es barcos de vapor. Libros blancos, azules, naranjas, rojos. Cada paso de color era como un triunfo personal. Ya tengo años para leer un libro rojo. ¡Alarma en Patterick Fell! Hasta nos trajeron al colegio a un escritor que empezaba a ser conocido, Juan José Millas.
Volvamos a los libros y a los recuerdos del Barco de Vapor…
Christine Nostlinger. A muchos no os dirá nada esta mujer, pero para mí es media infancia. ¿Os suena “Querida Susi, querido Paul“? ¿”Diario secreto de Susi, Diario secreto de Paul“?
Pero si hay un libro que me habré leído mil veces, en verano, otoño, invierno y primavera fue “La Auténtica Susi“. Título de moñada pero una moñada que no lo era tanto y estaba bien escrita. Al menos así me lo pareció siempre.
Era meterse en la cabeza de una mujer y ver que de aquellas inocentes cartas (querida susi, querido paul) podían salir distancias, olvidos. Ahora todo eso lo sabemos, pero con diez años no lo imaginábamos tanto. Fue un shock leer que la vida no era fácil, que los amigos de siempre te podían dar la espalda, que las reglas cambian, que puedes estar solo.
Luego lo viviría a base de bien, pero afortunadamente tenía la vacuna de haber leído, de haberlo vivido en otra vida. Os puede sonar exagerado…pero fue una cura para el “de lado” que me vendría en pocos años desde entonces. Yo también fui ignorado, ninguneado, dejado de lado, pegado por ser un mierdecilla que no pegaba el estirón. Tuve unos 15 años muy jodidos. Por suerte, para entonces, ya había habido mucha Susi y muchos otros libros que me dieron sostén. La familia también, claro. Había una base ahí que nadie me podía quitar…la de las otras vidas que vivimos en los libros.
Todo Asterix que haya habido sobre la faz de la tierra, el lado aventurero con Anacleto, Los Cinco, Alfred Hitchcock y los 3 investigadores. Sherlock Holmes, la balda entera de Agatha Christie en la biblioteca …todo esto ya lo conté por aquí anteriormente. Gracias al espaguetti volador he recuperado bastante la lectura después de aquel post.
Y bastos y espadas…
”Capitán de solares vacíos donde hacíamos la guerra de críos, y volvías si eras de los buenos para ir a cenar..”
Lo mejor que podemos hacer para nuestras criaturas es que nos vean leer. Aún así es imposible no sucumbir a la wii, las batallas, las guerras, la realidad virtual, el angry birds… la tecnologia de la que soy defensor y usuario. Sin embargo, nuestros pequeñajos echarán de menos en el futuro tener esa base de lectura básica, de haber jugado por los patios, leer superhumores a carcajada abierta.
Recuerdo mi batalla personal, el éxito de ir pasando colores en el libro de vapor…del blanco, al azul, del azul al naranja. El rojo y ya los libros de mayores. Llegar al momento de darme cuenta que ya no leía…devoraba.
Creo que la gente de los pueblos, en unas décadas, con esos niños que sí habrán tenido infancia y no electrodos, serán los cultos. Los paletos serán los de la ciudad.
Espero que se lleven a las guapas, los portales, las noches, las aventuras y las lupas. Lo espero y brindo por ellos.
Buen fin de semana.
Totalmente de acuerdo…que gracia! Tenemos hasta una foto chulo suma leyendo juntos en la cama ese libró. Jajaja. Tu leídas a Paul y yo a susi. Que chulo! Ojalá mis hijos jueguen así. Un abrazo