Colgaban de su cara restos de algodón de azúcar. Había decidido invitarla sólo para que estuviera un rato callada. De penas y zozobras está cargado el mundo, me dije, como para que me venga ésta ahora con la lista del Mercadona. Le digo que mejor me recite la de Schindler, y me contesta que en su piso no tienen ascensor.
Sí, estamos paseando por las ferias pero todavía no nos hemos montado en ninguna atracción. Le propongo la cueva del terror para fomentar el contacto físico. Pero ella, todavía con restos de algodón de azúcar en la cara, dice que es más de carrusel. ¿Y no prefieres “Tiempo de Juego? Por supuesto, no ha entendido la broma.
Total, que ahí me tienen, saludando a una mujer de 28 años montada en uno de esos caballos de madera que suben y bajan en el tiovivo. Su cara refleja la más profunda de las felicidades porque ella no sabe lo que es la prima de riesgo, desconoce a Maquiavelo y su “Divina Comedia” y no ha visto un solo minuto de “La Guerra de las Galaxias” o “Indiana Jones”.
Hay ocasiones en las que te falta algo. Sin darte cuenta das al play y Extremo te anima el dia.
Ya tengo banda sonora para este horrible martes