Do it

Un comienzo

Los arqueólogos también se ponen guapos para salir por la noche. Más si es verano, después de una excavación y con una posterior fiesta nocturna en el Húmedo, León.

Ella: ¿Estás solo?
Él: Ya ves.
Ella: ¿Qué te parece?

(Vaqueros ajustados y camiseta azul eléctrico, sin gafas y el pelo alisado, los piercings en su sitio)

Él: ¿Es nueva?
Ella: Si y no, me la compré hace tiempo pero todavía no la había estrenado. ¿Qué te parece?
Él: Estás distinta.
Ella: Jooo, esperaba un piropo.
Él: Tómatelo como un piropo, normalmente te veo llena de mierda.
Ella: Simpático.

(Las noches y los días avanzan)

“La vereda de la puerta de atrás nos llevó hasta el bulevar de los sueños rotos, donde vivía Reptilia, acompañada, en esta ocasión, por unos cántabros que buscaban cosas en la basura. En ese momento, me pellizcó. Sorprendido y en plena euforia, se lo devolví. Puso una mano entre las mías y su otra en la cara en forma de pequeña bofetada. Jugueteamos durante un rato, hasta que me tiró un brazo por encima del hombro y me dijo algo que no llegue a entender. Dos canciones después, y una larga cambiada más tarde, me dio un beso”


Una cita


“Cuando la distancia de un metro se abre entre dos personas, en ocasiones se convierte en una barrera infranqueable, una fosa abisal de imposible fondo y atrayente oscuridad. A veces, no hay nada tan difícil como romper el último metro. Y en ocasiones es así porque uno de los dos extremos del metro no quiere, o porque ambos no quieren, o porque ambos dudan, o por miedo, o por falta de curiosidad. Mil razones frente a cien centímetros. 

(…) En estas ocasiones, es posible que uno de los cuerpos siempre anhele romper la barrera y volver a esos diez centímetros en los que podía oler la piel al otro cuerpo, o a esos 5 centímetros en los que podía vagabundear en sus ojos, o a esas micras en las que podía sentir su piel y sus labios. Quizá nunca ha llegado tan lejos, pero ninguna ley prohíbe a los sueños volar mas allá de los cien centímetros. (…) No es fácil mantener las distancias. No es fácil vivir a un metro, cien centímetros.”

Un vídeo y una llamada

Riiiiiiiiing….

Un desenlace

….Riiiiiiiiiiiiing.

Él: Dime
“Hace cuanto que no revisas las fotos del Tuenti”
Él: Mucho
“Lo estoy viendo”
Él: ¿El qué?
“El azul eléctrico de la historia de verano”
Él: ¿Me llamas para eso?
“Talmente”
Él: Ains.
“Se merecía el piropo”
Él: Adiós Rubén
“Do it”. “Sabes que te quiero, tontina”.
Él: Montón. Ciaaaao.
“Ciao”

Va a ser verdad lo que escribe Deivid de que la primavera nos vuelve ñoños.

…Y el final de un sueño

Bajamos hasta la calle.

¿Llamarás?
Él: “Supongo”
Te gusta.
Él: “Nunca dejó de hacerlo”
Eterno retorno, ¿eh?
“Si, el maldito ente de los demonios”

[Escrito por/con/para G. Te extrañaré sin conexión. Siempre es bueno rebuscar entre tus frases y escritos]

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