El coleccionista de instantes
27/07/2012
Después de tanto tiempo esperándolo tengo las canciones de Jorge en la mano. Tengo ya el disco y solo pienso en meterme en el coche y hacer kilómetros y kilómetros por La Moraña. Escuchar las canciones solo, en silencio, disfrutando cada retoque. Lo haré en cuanto pueda.
De momento me tengo que contentar con escucharlo sin el equipo adecuado pero el ansia me puede. He escuchado “Mi propia voluntad” por encima adelantando el track con fruición y tengo los cabellos de punta desde entonces. Doy al play y busco transportarme.
Escalofrío y no es mi propia voluntad que así sea. Luce el sonido de Basilio desde el inicio. Va a ser un disco de momentos. Cadencias para tiempos de carencias, cadencias para hacer el amor, cadencias para el recuerdo. “Mi propia voluntad” toma el timón y marca el camino. “Miedo” prolonga la inmersión. Mucho mejor en el ritmo adecuado, por no mentar a quien no debo ni me apetece. Y mucho mejor todavía será en directo, con el maestro Martí marcando la emoción.
“Películas de ciencia ficción” es la tercera. Una vuelta de tuerca a un tema que habla de marcar tu camino, de no dejar tu realidad aunque la califiquen de ficción. Me sorprendo cantando la letra y hacía mucho que no la oía. Cada corazón siente a placer. Otra colección de frases para citar, sentir. Canciones de verdad.
“La colección de relojes” – Marazu
Cambiamos “El Rol”. Subo volumen para no perder detalle de la propuesta. Aquí llega algo diferente. La bateria se hace presente. Atiendo a la letra. Es un Marazu más maduro, que ha batallado nuevas canciones y se atreve con otro toque. Si supiera poner etiquetas me costaría ponerle una pero el instinto, que en eso falla poco, me dice que a esta canción le pega un whisky solo. Será una de mis canciones del año.
“Tu fiebre”. Otra canción para disfrutar a fuego lento, comprobar que Marazu no es de los que rimen ola con caracola. Cada frase es una sentencia. Las palabras que siempre le envidié. Y desnudarme en las canciones sin color artificial.
Empieza “Recuerdo Crónico” y tengo cierto respeto. Fue mi canción preferida mucho tiempo. La he escuchado muchas veces, en diferentes versiones. La he visto crecer, cambiar, experimentar. No siempre me gustó más la nueva versión que la anterior. Dejo de teclear. Me la reservo para el coche.
“Cien por cien”. Esto es un rocknroll que tengo que echarme a la cara en concierto. Me suena al primer fito-fitipaldero, mezclado con un toque de Nutini y hasta de algún otro músico al que ahora no identifico. Los hombros se me mueven solos. Espero no haber cometido sacrilegio al hacer esa suma de personajes. Es lo que me ha salido. Y me ha gustado.
Cambiamos paso hacia “Las otras” y ahí se marchan mis ideas mientras el solo de guitarra se adueña del centro del campo y echa un polvo a los recuerdos. Cuesta echar a volar con las alas rotas…
“Enredadera”. Para mi es otro de sus máximos puntos como letrista. El teclado arranca, la poesía suspira su entrada. No podía ser de otra forma o perdería intensidad. Era una de mis favoritas y esta versión la encumbra. Llamada a perdurar. Teresa termina de elevarla a donde nunca imaginé. Para mi el punto algido, ¿Cuantas cosas se escriben así al año en español?
Y da paso a “La Felicidad” que no va a la zaga. Otra canción que ganará sentados en el Buho, tranquilos, licenciando permiso a los pelos para despuntar. Basica para los directos que no tienen prisa.
“La suela del zapato”. Letra canalla que permite retorcerse. No me termina de entrar en este sistema. No sería buen amigo si solo dijera cosas buenas del disco. Ésta me hubiera gustado verla más libre. Despellejada.
Y acabamos con “Inestable”. Cuando uno sabe la historia de una canción, como crece, como suena virgen, como se resiste a morir… le coge un cariño especial. Si había que acabar con algo era con esto. El disco llora un imposible y termina. Escuchado despacio, entregado al sonido y pendiente del sentimiento solo se me ocurre decir que noto su sentido y veo una etiqueta…
Suena a Marazu. Letrista que se atreve a cambiar ritmos, experimentar y buscar un camino diferente. Es mi amigo y a lo mejor no me creen pero entren al disco sin ataduras. Déjenlo volar. Dejense volar. Para mi es la entrada y a la vez confirmación de Jorge como uno de los mejores letristas de la actualidad en español. Suena a Basi y suena a algo que no se está haciendo. Suena a sello propio y eso es bueno. Un disco de canciones que dicen cosas. La letra y sus ritmos. Cuidadas, no dejadas al azar.
Yo me voy al coche. Necesito viajar. Solo. Disfrutar.