El 12 del Komando (I)
26/09/2023
Mi mejor camiseta deportiva es una del Real Betis. Si no me traiciona la memoria, era yo pre adolescente cuando me dio la vena bética, para intentar dar homenaje a mi vinculación familiar paternal con Andalucía. Mi padre era amigo de un bético clásico, Francisco, y en fin, que me hice del Betis.
Me compré con mi dinero, tendría 13-14 años, la camiseta de Kappa. La compré grande, porque aún no había pegado yo el estirón y me sigue valiendo. Tendrá la elástica… camino de 30 años. No va mal.
Soy más viejo que los tebeos, la leñe.
En fin, que esa es mi camiseta más mejor del mundo del fútbol. Pero estos días se me ha sobrevenido una pequeña tragedia: se me ha roto la camiseta del Komando. Llevo casi 20 años poniéndomela… y se me ha roto. De repente, una manga. Ahí se ha quedado, a lo Beatle desgreñada. Mi camiseta del Komando, roja, forma parte de mi «look de estar por casa» desde hace otro porrón de años, 16-18 por lo menos. Y, no sé con qué se ha enganchado o que le ha hecho Micolor, pero ahí está el siete, descosío.
Si veis la foto de arriba (salen cuatro de mis compañeros) era una Legea premium. De un equipo era como el New Team, lleno de estrellas y que nació nuevo, con jirones de aquí y de allá. Un par de primos y mucha radio. Y con un homenaje intrínseco a un tremendo pelotero: Mariano. González. Un tipo que habrá metido catorce millones de goles con la Segoviana. Le faltó uno, por poco: de escorpión al Athletic de Bilbao en Copa. Era así como futbolista: olfato de gol, juego burlón, clase en cada espinilla desgastada. No sé cuantos chicharros le habrá metido al Real Ávila, pero le fui cogiendo aprecio.
Me puse «su» camiseta. Con el número 12, que elegí porque yo bueno no era, pero era como la afición: fiel, cumplidora, que no dejaba atrás a nadie. Ni del otro equipo ni del propio, ojo.
Ahondo más en la historia en unos días, en una entrada que comenzará así… «Érase una vez un equipo de fútbol que no le ganaba a nadie»