La vuelta (de vuelta)

5 de Septiembre de 2023, día de ciclismo en Valladolid. Leo en Twitter quejas sobre la escasez de imágenes de la subida a Parquesol y conecto con la infancia. La mía en Ávila, pero con un sueño similar: la de imaginar a los ciclistas de verdad (Ángel Arroyo, el Pajarillo Rodríguez, Perico Delgado…) subiendo mis cuestas más temidas. Había un trayecto en Ávila en bici (calle de José María Caro y rampa final en Banderas de Castilla) que intenté subir desde pequeño sin bajar del pedal una y otra vez, una y otra vez… hasta que lo logré, ya más mayor. E imaginaba en esas duras rampas, de las de tirar de riñonada, a los ciclistas de verdad haciendo un demarraje para lograr la victoria en el barrio de la estación. Así que ahora, salvando las distancias y los años, verles pasear por Valladolid, por mis calles, por el Parquesol  que me acogió hace una década… me recordó aquello.

-La foto de arriba, que ilustra la entrada, es del pequeño M. (aquí cambiado por Grogu) en las instalaciones de la Vuelta en Pucela-

Algo se me truncó de mi amor al ciclismo con el Caso Festina. Cuando éramos pequeños, a veces la Vuelta pasaba por debajo de clase. Siempre esperábamos que la profesora parara la clase para poder verlo por la ventana, o mejor desde la calle. Excursión de la clase a ver la vuelta, eso era un sueño hecho realidad, allá por la calle Duque de Alba. Buscar al líder, al maillot de la montaña, las caras conocidas, los enemigos habituales, esos magníficos antagonistas. 

Pero ya de más mayor, un año cercano al cambio de milenio, la Duque de Alba se convirtió en un rincón de insultos. Estaba Virenque, uno de esos malos de libro, que ganaba etapas que le quitaba a nuestros bravos compatriotas, francés indigno (así lo veía en mi infancia) de portar el maillot blanco con puntos rojos de la montaña. Y en Ávila le cayó un buen chorreo de paisanos motivados que además de decirle palabras gruesas en español, le hacían gestos sobre Epo, pinchazos…. bueno, ya imaginan.

Luego pude vivir el ciclismo de cerca, eso sí. Y viví magníficos momentos, como entrevistar a Perico (la entrevista que más me duele no tener guardada, la que me enseñó a hacer duplicados). Todo ello lo conté por «El globero retornado»

El globero retornado

Esta vez tenía además ganas de empezar a enseñarles a los dos pequeñajos qué es eso de La Vuelta. Y, tal vez así, crezca en ellos esas ganas que tenía yo siempre de ir visitando hoteles de la ciudad y ver tomando un café a Jalabert, a Ares y Linares, al mundillo de la serpiente multicolor y la fila indiana. ¡Poder verles cerca! Ahora es que encima hasta puedes hacerte selfies, que yo me conformaba con intentar pillar un bidón.

Todo es diferente, aunque de algún modo hay cosas que son iguales. Como ver pasar ciclistas y cadencias, animar y hacer posibles cuentas de quien va más rápido y por cuánto.

Aún no me puedo creer que el Carrefour de Las Rozas, que por entonces debía ser un Pryca, no tuviese maillots del Kelme o de la ONCE. Como para pedirles uno del Reynolds, como era mi intención por aquel entonces.

Ahora ya no es sólo que en Amazon tengas de todo, es que hasta Segovia tiene Carrefour.

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