Volver al estadio (antes de que se caiga)

El equipo empieza a carburar. El Real Ávila, me refiero. Al menos alguna de las últimas llegadas tiene buena pinta, el entrenador conoce la casa, las imagenes de celebraciones de vestuario dan buen rollo y aspecto (a falta de saber detalles de dentro, claro).

Así que, aunque soy más fiel cuando las cosas van mal (véase el último descenso, cuando muchos andaban dando las paladas del entierro), de vez en cuando me viene de nuevo la espinita: la de que debería volver al estadio, al Adolfo Suárez. Ahora que los niños han ido creciendo, y que ya pasó lo peor del coronavirus… ¿cuándo volver?

Volver por el centenario: no suena mal.

Además hay una última mala sensación que quitar. No voy al estadio desde cuando se bajó a regional, que vaya si ha llovido desde entonces. Y es el momento de contar lo que voy a contar porque hubo un daño desde entonces que ahí se quedó, del que además de algún modo siento yo la vergüenza desde entonces.

El caso es que mi abuelo siempre llevaba a gala ser «socio fundador» (así lo decía él) del Real Ávila. A medida que fueron pasando los años su número de socio iba bajando, acabó siendo el 2 o el 3 (él y su hermano eran el 6-7 o 7-8 ya cuando yo era pequeño). Mi abuelo Vicente me llevó al fútbol desde pequeño y me metió eso del fútbol modesto en vena. Para siempre.

Cuando se murió avisé de la circunstancia a un máximo dirigente del club de entonces, para que se guardara un minuto de silencio. Fui con mi madre y con mi tía al partido, nos sentamos en la grada. Era un día de buena entrada, final de curso, con ascenso y campeonato, muchos críos, una buena tarde futbolera. Y en esas… empezó el partido sin minuto de silencio. Pensé, porque había buenos conocidos en aquella directiva, que harían un homenaje -tal vez- en el descanso. No en vano era un socio histórico. Nada de aquello sucedió.

Simplemente, se les había olvidado. 

Me dio vergüenza la situación. Me sentí muy pequeño con mi familia, más habiendo hecho ir al partido a sus hijas. El equipo había ganado, ascendido con honores, todo el mundo estaba feliz y sonriente. No era el momento de señalar agravios. Y tampoco lo conté públicamente desde entonces, porque no se trataba de señalar a nadie, ni pedir nada posterior. Han pasado muchos dirigentes desde entonces, y los actuales están por aterrizar… quería contarlo por ello precisamente ahora que no tendría sentido que nadie se diera por aludido ni se sintiera mal, para así quitarme la espina aquí entre algún que otro lector encarnado que pueda llegar a leer esto y sentir empatía con ello. 

Un tuit y sigo con el Ávila, y Ávila…

Escribía esto mi buen amigo Alberto el otro día. Lo pongo ahí para cambiar de tercio, aunque siga en lo del deporte en este caso. 

Yo en los últimos años me desvinculé mucho de Ávila…. me casé, dos críos, el perro, buena parte de mi familia se ha mudado buscando mejores climas. Casi no voy por allí, pero tendré que hacerlo. Sigo pendiente de Ávila siempre que puedo, por redes, alguna llamada, otros vínculos. Queriendo volver y verla más moderna, que no es fácil, no. Pidiendo siempre que puedo, y aquí lo hago otra vez, que no caiga en el conformismo. Que no estamos condenados a ver a Ávila con telarañas. Pero que tampoco eso pasa por llenarla de palabras vacías o promesas imposibles.

Pasé por el Foro no Oficial del Real Ávila antes de escribir esta entrada. La web está inactiva, y me dio mucha pena, aunque yo mismo ya hace mucho que casi no escribía por ahí. Los tiempos cambian, pero si se fijan lo que ahí queda es casi una Wikipedia de tres lustros difíciles del club. Como por ejemplo… nuestras porras y su panorama histórico final, con Fher, Rios Zidane, Aupa Avila, Ramirin…  Y una última entrada que dice tanto en su propio enunciado: ¿De quién es el Real Ávila?, titula Jelko.  Esa sensación de desarraigo que llega también al fútbol modesto cuando se llena de extraños representantes, cesiones, jugadores poco comprometidos. Esperemos que no esté siendo el caso ahora mismo.

Empecé la entrada con optimismo y lo mantengo, justo además cuando nos cae el centenario encima. Suerte para los Perote (esto es de Enero, posterior a la mencionada entrada de Jelko). El verano pasado el Nottingham Forest volvió a la Premier, 23 años después. El Ávila subió a 2ªB por última vez hace 21. El paralelismo es adecuado, dado que una capital de provincia no es cosa menor, o como diría aquel estadista… por tanto es cosa mayor.

Merece Ávila otro tipo de noticias deportivas que un estadio desvencijado, inestabilidad. Yo, por ejemplo, quiero una cantera estable, con equipo femenino encarnado (una ciudad, además, en la que ha habido equipos femeninos deportivos modestos pero reseñables). 100 años llevando el nombre de Ávila por el mundo (salimos en el Football Manager, ergo el mundo) no es una canción de Operación Triunfo pero tampoco estamos mal. Y tantos años son un lleno de nombres históricos en la memoria afectiva de muchos.

Volver al estadio, en definitiva. Antes de que se caiga. Y que si se cae sea metafóricamente, de regocijo de una afición que lleva mucho tiempo mereciendo alegrías y una sensación de crecimiento y futuro. 

Pd: A Félix, nuestro gran portero histórico, le tengo prometido volver a subir por la web viejas crónicas, las que tengo guardadas o pueda recuperar. No se me olvida, aunque como con todas las cosas actuales… primero estoy priorizando asegurar los euros en las arcas familiares, y eso me está haciendo estudiar mucho estos meses. Reitero, con esto, promesa de intentar recuperar próximamente esas crónicas de hace dos décadas 

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