Es verte sonreír

[Trapseia presta hoy los bártulos a una escritura femenina que sangra así… ]

La verdad es que no sé muy bien por qué te escribo esto… por qué no te lo digo directamente a la cara, como hace todo el mundo… Me siento mal. Me siento fatal porque cada vez que estoy contigo es como si te estuviese engañando, como si mi boca hablase la mitad y sólo saliese fuera lo más absurdo; lo que sé que no me va a llevar al riesgo de perderte, lo que sé que me va a seguir quemando por dentro pero me va a mantener firme por fuera y, lo más importante, contigo a mi lado… de la forma que sea.

Pero una vez llegada a este punto ya no hay marcha atrás… Llevo más de un año y medio queriendo decirte esto y no lo hecho por dos razones; la primera porque nunca antes me había pasado algo como lo que me ocurre contigo, y supongo que la primera reacción ante lo desconocido es huir, salir corriendo y dejar que pase el tiempo, que supuestamente lo cura todo… pero contigo es imposible. Sigues haciendo magia y sigo sin pillar el truco… La segunda porque nunca me ha parecido bien interponerme entre dos personas, aunque estén por estar. Así que, aunque muchas veces se me ha ido de las manos algún mensaje o me he pasado de intenciones con algún hecho, he confiado en que el tiempo, una vez más, se pusiese de mi lado y dejase vía libre… y parece que en este sentido por fin lo hizo.

Me gustas. Me encantas. Y no, no tengo ni idea de cómo ha pasado, pero la cuestión es que ha pasado, y que aunque tengo miedo, miedo de muchas cosas, nunca he estado tan segura como lo estoy en estos momentos de querer hacer algo; algo como esto, decirte que te necesito… aunque sea por carta y de forma cobarde. Es la forma menos cobarde que se me ha ocurrido de hacerlo y también la más sincera. Nunca nadie me había hecho sentir como me haces sentir tú. Nadie. Contigo me he dado cuenta de que por encima de todo soy persona, y de que nadie me tiene por qué imponer una forma de querer, una forma de vida… porque a mí lo único que me apetece, desde que te conozco, es estar contigo. No sé si existen las almas gemelas o sólo es un concepto que el ser humano ha inventado para justificar algo injustificable; el querer a alguien hasta el punto de considerarle su propia mitad. Para mí tú eres ese alma gemela, esa parte de mí que me faltaba… y si te preguntas que cómo estoy tan segura de ello, sólo te puedo decir que lo sé, porque antes de conocerte he conocido a personas que me podían llegar a complementar… pero tú, sólo con mirarte, con sonreírte, me completas, y te puedo asegurar que no es lo mismo.

Si no te lo he dicho hasta ahora es también porque lo último que quiero en este mundo es complicarte la vida, y desde el primer momento en que me di cuenta de que lo que me hacías sentir estaba por encima de cualquier tipo de amistad, tuve la sensación de que hiciese lo que hiciese y fuese cual fuese tu respuesta, te iba a complicar la vida. Sigo pensando que dándote esta carta, diciéndote lo que siento, te estoy amargando la existencia, pero ha llegado un punto en el que no me queda otra opción. No quiero mentirte, y aunque quien omite la verdad no miente… yo tengo la sensación de estar haciéndolo contigo; a cada instante. Y eres la última persona en este planeta a quien mentiría. Además, últimamente me flaquean las fuerzas y sólo soy capaz de frenar las lágrimas si nadie me habla. Por ser incapaz de hacer algo por remediar la situación, por ser una cobarde. No puedo más.

Soy consciente de que si esto termina como me gustaría, las cosas tampoco van a ser fáciles para mí, pero no miento si digo que cuando pienso en ti es como si desapareciese el mundo. Es como subirme al mirador y tener la sensación de poder aplastar a la gente que se pasea abajo con un solo puño de la mano. Como si el qué puedan pensar mis padres, mi familia, o toda la gente a la que le gusta hablar, no existiese. Puede que perdiese un montón de cosas, entre otras el respeto de muchas personas a las que quiero y que sé que, o no entenderían, o les costaría entender la situación… pero sé que todo lo que pueda perder no es nada comparado con todo lo que puedo ganar. Yo ya puse el peso en una balanza hace mucho tiempo, y tu parte ganó sin esfuerzos. Tengo miedo, muchísimo miedo; de todo y de nada, pero también tengo la certeza de que contigo a mi lado puedo ser más fuerte que nada… y que nadie.

Sólo quiero que sepas que siempre confié en que un príncipe azul llegaría tarde o temprano a buscarme. Lo he esperado durante muchos años y nunca me he arrepentido de lo que no he hecho, de no haber pasado parte de ese tiempo de espera con cualquier “bufón de corte”. Sabía que iba a llegar, que un día de estos se plantaría en mi vida sin avisar, de repente. Sabía que tendría una sonrisa increíble, ilegal, de esas que no deberían estar permitidas para no caer en tentaciones. Sabía que sería completamente igual a mí y a la vez eternamente diferente; que tendríamos los mismos gustos y podríamos compartir todas esas cosas que se prohíben las parejas que se forman “por probar”. Sabía que a su lado podría hablar sin apenas levantar la voz y me entendería. Sabía que tendría una inteligencia que anularía la mía por completo…

Lo que nunca imaginé fue que se pudiese parecer a ti, que tuviese tu cuerpo, que no fuese del todo un príncipe azul. Y de repente apareciste tú y me destrozaste todos los esquemas. Y ¿sabes qué? Ha sido lo mejor que me ha pasado en toda la vida; conocerte y quererte hasta este punto. Es la única vez que siento que la vida me está obligando a luchar, que no me deja las cosas en bandeja, que me pide un esfuerzo por conseguir lo que más quiero. Y puede que haciendo esto esté haciendo el ridículo o cometiendo el error más grande del mundo, pero te puedo asegurar que no hacerlo me llevaría a cometer uno mayor; dejarte marchar sin confiar siquiera en que quizás tú estés sintiendo lo mismo…

Sé que la situación no es ni cómoda ni fácil y sé que los circunstanciales no son los más apropiados, pero cuando la fuerza del corazón pega tan fuerte, estoy segura de que la magia actúa de verdad… y de que el público, tarde o temprano, acaba aplaudiendo… Aunque realmente lo único que tengo claro, clarísimo, es que te quiero.

Así. Con todo.

* Mil gracias “Castellana” por abrirnos ese latir. Y que un día caigan tantas puertas estúpidas…

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5 thoughts on “Es verte sonreír

  1. Que valiente decisión! El que sigue el camino del corazon, nunca se equivoca, o, al menos, nunca se arrepiente! Aquí van mis aplausos. Yo un dia llegue a la misma conclusión y por fin, tome las riendas de mi vida

  2. Quién no arriesga no gana. Yo tb arriesgué y al arriesgar gané y perdí a la vez. Pero nunca he dudado de la decisión ha sido la mejor que he tomado en mi vida. Con todas sus consecuencias.

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