Jódete, Gallage
Atrás quedaba la Gran Manzana, pudriéndose en el espejo del retrovisor. Para que Arthur Gallage fuera otra vez libre, sólo hacía falta una llamada, el resto lo harían esos millones de razones que guardaba en una bolsa en el maletero.
El sol, cómo un gran huevo naranja, se freía en lontanza. Arthur pisó un poco más el acelerador y se sintió escapar de sus problemas. Su Cadillac azul relinchaba con cada octano de gasolina.
Arthur encendió la radio, la voz rasgada de Dylan, le respondió entre interferencias de frecuencia modulada. Se caló las gafas de sol, para que todo fuera perfecto, sólo faltaba la dichosa llamada.
¿Qué coño pasaba con Layla? Arthur miró impaciente al teléfono móvil que descansaba en el asiento junto al mapa de California y una pistola de nueve milímetros que todavía eructaba humo. El coche devoraba kilómetros.
El sol bajó el telón estrellado, pero Layla no llamaba. Agotado, Arthur sucumbió a los neones de un motel llamado Pennsylvania.
Pasaría allí la noche, esperando a su chica y saciando de alguna forma su deseo, si ésta no llegaba.
Su corazón repiqueteaba, una habitación número 208 cochambrosa y cuarenta pavos que volaban. Arthur se lanzó a la cama, una luz de gas verde iluminaba la estancia. Los gritos y jadeos del otro lado del tabique, afirmaban que alguien se divertía en la habitación 207.
Y llegó…Ring…silencio…Ring…clic…
– ¿Diga? ¿Layla joder, eres tú?
– Tenemos a tu putita pendejo – el auricular devolvió una voz pétrea.
– Si, jódete Gallage……… piiiiii… clic
Arthur no lloró, únicamente cogió su pistola. Con frialdad y precisión quitó el seguro y apuntó sin miramientos. Con dos tiros los jadeos de la habitación contigua se tornaron en gritos y después silencio. Luego, allí, sólo Arthur comenzó a gozarse, pensando en lo que haría con esos miles de billetes verdes.
(By Deivid)
Como os he dicho otras veces, quiero que sepáis que siempre que os de por escribir o cantar o simplemtente queráis expresar algo, tenéis en esta página un hueco para publicarlo.
En esta ocasión he sido yo el que le he pedido a Deivid que me pasara uno de sus relatos. Éste lo escribió durante nuestros años universitarios y lo pude leer de su letra en un folio. Me encantó desde el primer disparo.
Le he añadido una foteja del interfecto para condimentar la actualización.
Buen fin de semana, yo estaré por Ponferrada el Domingo y hoy sábado en Ávila en una nueva batalla dardil de los Tired Fighters
impresionante, me encantan estas historias. no dejes de publicarlas en este rincón.
… nos vemos