Ávila, España, Europa

Puede que lo hayan visto ya en sus farolas, escuchado en sus emisoras, sentido en sus calandracas: estamos de campaña electoral.

En 1997 se estrenó la película «Wag the Dog» (traducida aquí como «La cortina de humo»). Les dejo enlace por si quieren una descripción más correcta sobre la sinopsis del filme -con Hoffman, De Niro y Heche- pero se lo resumiré con una conversación, tal vez real, de hará una década. Uno de esos consejos que no se estudian, no aparecen en los manuales de auto-ayuda :

«¿Qué hay que hacer si te pillan con un plato de mierda y todo el mundo habla de ese plato de mierda?»

(Silencio del interpelado calculando estrategias de reconocimiento de una crisis, contención, balance de daños…)

«Sacar otro plato de mierda más grande«.

No es un consejo canónico, tampoco el más ético, pero es muy revelador para comprender el estado actual de nuestra política patria, comunitaria y mundial. No se habla lo suficiente de lo verdaderamente importante y perdemos la vida en cruces de insultos, unfollows y gracietas. Esto, yendo a lo de los comicios, es una de las causas de que vayamos a tener lo que Iván Redondo señaló como Opnis: objetos políticos no identificados. (En unos días pondremos por aquí el tradicional post de porra electoral). Apunten, sin ir más lejos, a las ardillas de Alvise, muy en línea con el menú culinario referido en la historieta antes mencionada. O al reciente partido nacionalista catalán de Sílvia Orriols y su edificante primera gran aparición pública nacional diciendo que no felicitaría a Illa porque ella «no felicita a imperialistas”.

No va a ir la cosa a mejor, quiero decir. Ganará quien gane y presumiblemente al frente de lo europeo seguirá Von der Leyen, la agenda 2030, el Pacto Verde. Pero habrá todavía más voces vociferantes vocingleras, en un escenario muy peliagudo. ¿Qué pinta Ávila en todo esto? Eso es lo que habrá que dilucidar a la hora de entregar el voto. Y el problema es que tampoco se va a hablar mucho de ello, el asunto se jugará una vez más en clave «Sánchez sí, Sánchez no» y en si viene el lobo

(continúa en «Los 4 Palos»)