Rosebud me dices…
22/04/2011
Antes de empezar tengo que avisar. Lo que vendrá ahora no será precisamente un tratado de comunicación. En la carrera nuestro profesor de Teoría de la Comunicación se dedicaba a adoctrinarnos sobre la maldad judía y el imperialismo yankee. Unas transparencias olvidables y unos paseos por reprografía es todo lo que supuestamente aprendimos. Si “Ctrl+C – Ctrl+V” hubiese sido una troncal lo habría visto bastante más lógico.
Esta va a ser una teoría de lo que ven mis ojos, sin más. Segovia, Ávila, Zaragoza, Valladolid. Diferentes medios, diferentes redacciones. Algunas hasta brillantes y de las que sentirse orgulloso de formar parte. Compañeros que amaban su profesión, otros más bien lametraserillos, becarios con futuro, becarios que se equivocaron de historia. Jefes respetables, vagos, iluminados, vendidos. Amor por el trabajo, alcohol, vicios, explotación, engañabobos, bobos engañados.
La primera lección es que no sólo hay blancos y negros sino un amplio panorama de colores. Olvídate de eso de que el medio es el mensaje y otras historietas de poca aplicación práctica en vida real trademark. Si te quieres dedicar a esto las vas a pasar putas pero encontrarás tu sitio de algún modo. Tal vez ese sitio, de eso te tendré que avisar, no será muy confortable. Cada vez menos, el romanticismo murió. Tu poca independencia estará en internet y siempre bajo la amenaza de la “Alarma: pensamiento independiente“.
Tal vez sea exagerado el primer aviso a navegantes. Esta profesión deja momentos sensacionales, por eso nos gusta tanto aunque la mayoría de las veces nos mate a canas, lloros y desengaños. Por eso aquí seguimos algunos, por esa ansiedad de querer saber siempre lo que está pasando, por no saber estar quietos y poder cobrar (poco generalmente) mientras tienes la posibilidad de encontrarte con nuevas historias cada día. Ya sabes, eso a veces. El resto del tiempo se te irá quedando culo de asiento. Aunque hay redacciones y redacciones, ya te decía. En local estarás jodido y con prisas pero ejercerás de cuando en cuando periodismo de verdad, historias que merezcan la pena. En nacional… probablemente todo será mentira.
Ojo, que también hay periodistas y periodistas, luego me explicaré más. Lo que quiero dejar claro de entrada es una cosa… Señor españolito medio: o usted se espabila y se levanta cada mañana con espíritu crítico y sin confiar en nada… o acabará sumido en la masa idiotizada, maniquea, que se traga la actualidad como si la vida fuera un permanente Madrid-Barça. Los míos ganan, los míos no roban y si roban son los míos así que lo hacen bien. En resumen, que o abrimos los ojos o en Matrix se la van a meter doblada.
El mundo se está convirtiendo en un lugar peligroso en el que poderoso caballero es don dinero. Habrá sido siempre así pero creo que nunca como ahora. Si no les convence el argumento considérenlo pecados de juventud…pero así lo creo cada día más.
Todo es industria, todo lo contamina el dinero. Me dirán ustedes que eso es lo de siempre. Tampoco es que me haya desayunado hoy pastitas Engels para desayunar. A lo que me refiero es que la globalización lo ha acelerado todo. Todo es rápido, deprisa, ahora. Ya no es calidad, es cantidad. No faltan los jefes en cualquier ciudad que remarcan la idea: el contenido ahora no es lo más importante.
La batalla está sobre la mesa y la industria de los medios de comunicación está atravesando una reestructuración profunda. Lo mismo que le ha pasado a la música, el cine, los libros. No le tengo miedo, no vivo con el síndrome Alejandro Sanz: Los medios se adaptarán y sobrevivirán como siempre lo han hecho pero todo será diferente y seguramente más feo. Y si se convierte en más feo será por culpa nuestra, los de fuera y los que estamos dentro, por supuesto.
Insisto en la idea: el romanticismo ha muerto pero siempre nos quedará Internet, mientras no lo regulen…que parece que están en ello. Como disfrutaría Orwell del sistema. Todo es sistema. El que se mueva no sale en la foto de la tortilla…y los tiempos están marcados. El figura sólo saldrá hoy en Salvamé porque no admitirá preguntas sobre lo que hoy no tenga que salir. Jaque a la espontaneidad y cada semana toca rueda de prensa del consejo de ministros. El propio modo de trabajar lo tiene todo agendado. La mayoría ya nos hemos olvidado de lo que sería tener que salir a buscar historias. La peor pesadilla es un día sin convocatorias.
De esto hoy no se habla. ¿No hay más preguntas?
La coctelera ofrece tertulias de autosatisfacción, debates nauseabundos, vida de gilipollas en directo. Ok. Pero hay más y todavía resiste: un análisis pausado. Un artículo bien escrito. Un argumento no comprado. Sigue estando ahí aunque cercado de fango. Señor españolito medio, para ser un ciudadano responsable hay que implicarse en esa búsqueda o cada vez la resistencia será menos.
La cultura de la inmediatez tiene una débil memoria, dice el nick de una amiga. Cierto. Pero la inmediatez no es el enemigo o mal haríamos si así lo pensamos. La maquinaria no va a parar ya nunca salvo que el planeta reviente. Hay que adaptarse a ese nuevo reto de saber separar el fast food del alimento bien cuidado. ¿Cómo de optimista soy? Depende de la hora del día y del sol que haga. Lo fácil sería decir que la juventud cada vez está peor educada y seguramente sea verdad. Pero tal vez esa juventud a la que le estamos cerrando las puertas… tal vez tenga más agallas que las 2 o 3 generaciones que les estamos precediendo. Será el turno de las ideas y la innovación. Mi generación, como bien señalaba Decapi el otro día, hace las rebeliones on line y se queda satisfecha. Yo mismo estoy escribiendo otra línea más de esa e-revolución autocomplaciente…y el lunes volveré a la maquinaria. Acepto reproches pero queda prohibido rendirse o Skynet nos convertirá en tostadoras. Quédense con un dato: en internet triunfa Microsiervos y las noticias de ciencia. No todo está perdido.
Y siempre nos quedará Hildy Johnson
No se me ocurre una mejor manera de explicar todo esto que decir que el periodismo es hoy básicamente industria del entretenimiento y maquina de hacer dinero. Informar, formar, entretener… eso murió hace un rato. Ahora se entroniza a Belén Esteban, a Adriana Abenia, a Sara Carbonero y a Los Manolos. Muy respetables cada uno en lo suyo, siempre que se tenga claro que todo está medido y que todos saben perfectamente el juego al que están jugando.
Me hace mucha gracia cuando nominan a tal persona como mejor periodista. Oiga, mire usté, será una buena comunicadora, un buen polemista, un buen conductor de espectáculos… pero vamos a tener que buscar palabras nuevas porque periodista es el señor Leguineche.
La vida nos la marcan estudios de opinion, audímetros elegidos vete a saber de qué modo, egms precocinados, masa sucia idiotizable. Para más información ver “Un juego de inteligencia“. No es ningún peliculón ni mucho menos, pero deja alguna pinceladita para pensar. Un preboste me dijo a mí un día que aunque tuviera la peor zapatería tenía que poner una porque todos vendían zapatos. Le dije que me parecía una estupidez. De la cifra de oyentes que me dijo esperar tener se ha quedado con un 10%. Y creo que ya no es preboste… aunque habrá sido colocado en algún otro lugar como experto analista.
Tanta tecnología después, la solución sigue siendo la de toda la vida. Leer, leer y leer. Forjarse un pensamiento independiente. Poner en duda lo que nos llegue. ¿Cómo es posible que las licencias para emitir dependan de los políticos? Así están las partidas.
¿Quiere decir esto que el lunes todo lo que le cuente será mentira? No, ni mucho menos. Ni yo ni casi todos mis compañeros de las diferentes provincias en las que he estado currando nos dedicamos a intentar engañar al espectador, lector u oyente. Hay mucha gente que sigue amando y cuidando esta profesión. Cada uno desde su ideología y su atrevimiento para sacar la verdad entre los márgenes que le ofrezca el medio que le paga. Hay esperanza aunque seguramente no esté en los tipos de los despachos.
Este planeta se ha convertido en un circo competitivo y de intereses globalizados. El dinero se concentra y los oscuros benefactores financian héroes deportivos, símbolos musicales, ideas que deben entrar en la agenda oficial. Estén ojo avizor.
Rosebud me dices… aquello era una pachanga.
Verdades como puños, Rubén. Todavía quedamos «amantes-realistas» de todo esto… Me ha encantado. 🙂