El placer de perderse

Y llueve y llueve y vuelve a llover. Tengo el coche en Ávila esperando mejores tiempos para la lírica gasolina. Tengo las piernas cansadas de perderse en charcos. Tengo, en definitiva, la sensación de que me debo el placer de perderme o seré yo el perdido en esta búsqueda del laberinto y su salida, pared con vértice … Leer más

V. dl P.

Echo muchísimo de menos Zaragoza. La visita vecinal por la ventana del dormitorio, el mensajito increpatorio para la pachanga de los lunes, la posibilidad de que el martes fuera el nuevo jueves y el miércoles fuera un día libre. Las kwaks intempestivas, el jinete nocturno, la bodeguilla, los dardos, las hamburguesas de noche profunda. Visitar … Leer más