Historia en la radio, historias de la radio

«Venga, hijo, vete a decirle a Mamá que es lo que te he enseñado»

«Mamá, Papá me ha enseñado un vídeo suyo de cuando era joven»

«Ahora eres más viejo, ¿no?», insiste entonces M. no entendiendo del todo mi risa atronadora. Sí, hijo, cuando presentaba en la tele era más joven. Aunque a veces aún sueñe que me pongo a presentar sin tener el guion cerrado (esto ya no se lo digo, solo lo pienso y escribo ahora) y me pase media noche con ese sueño en bucle. A pesar de eso, los años pasan. Tú mismo, M,, eres el crecimiento viviente y recuerdo diario de que el tiempo pasa.

2024 lo recordaremos por muchas cosas, por muchas buenas por cierto. Que ya tocaba. Pero entre otras estará que nos termino de enseñar a muchos, los del entorno cercano, que lo del periodismo clásico + vida digna tenía obsolescencia programada. Nos hacemos viejos, los precios crecen, ya saben cómo va esto de vivir en el paraíso fiscal llamado España.

Periodistas, a pesar de todo. Enlazo ahí un magnífico artículo de Encinas. Y celebro, esta semana de Cossío (¡antesala de Faritos!) a las buenas locutoras para las que «el premio es la amistad». Pequeñas grandes noticias para reconciliarse con una profesión que muchas veces termina mostrando la puerta de salida a los que quieren mejores momentos de calidad vital.

¿Lo echas de menos? Sigo soñando con ello, que no es lo mismo. Aunque, claro, nos haya dejado tantos grandes momentos. Y tantas buenas gentes, nunca renegaré de eso. Que por eso, y enlazo con el inicio, hoy le acabé enseñando a M. un programa televisivo viejo, de cuando (por el contrario) uno era joven y con patillacas.  

Estaba buscando sonidos de radio. A ver si tenía programas en los que tuviese grabado la sección de historia que tuvimos, durante unos cuantos años, servidor con Alberto Martín. Tanto en Segovia como en Ávila. Influenciado por el maestro Cebri, poniendo música épica de fondo (Gladiator sonó, no cabe duda) pasábamos revista a la historia, a personajes y grandes momentos de nuestra querida Castilla. Aquello sonaba bien. 

Mi Toshiba viejo ha muerto esta semana. Un viejo resistente de cuando ni habían inventado la palabra obsolescencia. Veterano de las guerras carlistas, ya ni sé desde cuando está por aquí… por las diferentes casas de estos años. ¿Por qué cuento esto ahora? Porque al buscar esos audios, me he dado cuenta de que ya no tengo reproductor de CD’s. Así que ese par de discos prometedores, aunque a lo mejor no tengan nada, tendrán que esperar a que algún día bajemos de lo alto del armario, cuatro cajas a la izquierda, aquel otro portatil renqueante.

No traigo audios, por tanto. Y lamento, respecto a aquel jovencito con patillas, ser tan necio de no tenerlo guardado, pensando que aquello perduraría siempre. Nuestra sección, yo en la radio, ambas cosas. Ojalá tenga él algo (aunque conociéndole, con suerte quede la posibilidad de que haya algo en alguna caja, alguna mudanza, y hasta prefiero no preguntárselo más y pensar que eso es posible). Me lo intentaron fichar, pero me fue fiel. Le pagaba en cañas e historias de desamores, y eso es imbatible. Él también tuvo su programa de radio, en la USAL, «Semanario de actualidad y variedades en un tono distinto, distendido, contradictorio, ácido y corrosivo. Abierto a todo lo que nunca te esperarías escuchar en directo. Lo que pasa por estos lares y el mundo como lo quieres escuchar, cual barra de bar». Ahora, si fuese un podcast, barrería. Ciudadanos, se llamaba, que la vida tiene sus gracias. Qué libres, estúpidos, necios y deslenguadamente despreocupados fuimos. Qué maravilla haberlo podido vivir.

Hicimos historia en la radio. Hasta fuimos creando una nación (lean aquí ese K.A.S.O.) . Preguntado hoy por si recordaba alguna anécdota de aquello nuestro, me dice Alber que un día quise cerrar la sección con un «Viva la Virgen de Sonsoles». De esas cosas que recuerdas, y no sabes bien por qué. Sospecho que me vine arriba hablando del cocodrilo. Que en Ávila tenemos de eso, sí. Y ahora la Virgen nos vendrá bien para reinar Castilla en la Copa del Rey.

Termino: ahora Alber es más de dar a la tecla. Tiene un par de novelas sin publicar, y no será porque no le diga periódicamente que yo se las edito a la tarifa habitual. Por ello, y ya que estos días estamos ya en la cuenta atrás hacia #Faritos… os cuento que le podéis votar. A Alber, sí: nominado en el premio «Añorado o Deseado» por su «la primera novela publicada de Alberto MDP». Id al premio 13, que además le pedí a Bing un dibujito de Elmo para la candidatura, y ha quedado bonico.

Si algún día termino de recopilar el palmarés histórico de #Faritos podré corroborarlo, pero estoy casi seguro de que Alberto, con Rajoy y Zapatero, es el que más #PremiosTrapseia tiene.  Este año puede aumentar ventaja, ya que también tiene articulito en el «Lectura Disfrutada» (por candidaturas V) en donde encontrais unas cuantas historias que merecen click. 

Permanezcan a la escucha: pronto los días volverán a durar más

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