Tenía que decírtelo

Yo conocí a Kid Chocolate.

Ejércitos del rock rompiendo filas

Las horas previas a un concierto de Quique González me son como las de un derby, o las de un clásico, como lo llaman ahora los finos.

Pasan las horas y aparentas tranquilidad pero por dentro te van creciendo las mocitas madrileñas, tan alegres y risueñas. Uno vive la música como el fútbol, con furia. Más a lo Juanito que a lo pulsera de Mediaset.

¿Dónde está el dinero? me pregunto tras soltar la primera catarata de euros en katxis de cerveza. Los pájaros mojados – en los grados adecuados – viven mejor el rocknroll.

Parienta sin Twitter encuentra en la sala a uno de los capitanes de esto del vivir: Don Jorge, de nombre Ove. El crack a seguir, el auténtico clásico. De esas personas crecidas para vivir conciertos, sentir las letras, poner la melodía.

“Winter is here. Ese es el puto problema”.

Y ahí, delante de los tres como decía, Kid Chocolate. Viviendo la noche casi sin ropa, sin disfraces: un auténtico. Sintiendo cada canción como si la batalla fuese un ring. Empezaba en la esquina, se acercaba a Dallas (Memphis) y privaba salitre. Ella, Miss Camiseta aún por mojar, aguantaba las acometidas con sapiencia de metrónomo  sabiéndose el pequeño rocknroll.

Supongo que ahora duermes calentita

Kid golpea al aire buscando aliados en la ciudad del viento. Ella se señala de tobillo a clavícula, deteniéndose en lo interesante. “Las chicas son magníficas” deletrea con deleite y Kid se paladea. Pim. Pam. Pum. Lo sabes. Lo sé. Kamikazes enamorados y que el poblado rabie si no lo entiende.

Vidas que dejé cruzadas vienen persiguiéndome. Y escribo a Manza y a Alber y a Peci y a Junqui, todos los que echa o echaría de menos esta ciudad. Los elegidos que disfrutarían de este baile de saloon.

Acaba el concierto y un padre pasa junto a su hijo, un chaval menudo paseando cara de los que acaban de ver su primer concierto en first row“Más como tu padre necesitaba España” sentencia el capitán Ovelleiro.

La noche acaba en el Borsa, como lo hacen las grandes citas. Los conserjes de noche se toman una a la salud de los colmaos, recordando a la buena de Miss Camiseta y su – recuerdo ya indubitable cuando la noche alucierna  – rotunda retaguardia.

Qué cabrón el Kid Chocolate. Vaya noche se habrá marcado en el jodido Hotel Los Ángeles.

+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0

One thought on “Tenía que decírtelo

  1. Gran noche sin necesidad de nada más.
    He tardado en leerlo, pero me has vuelto a transportar a esos momentos con la Pantera a escasos metros de distancia viviendo y haciéndonos vivir la música =)

Deja un comentario