Cosas de marcianos bajitos

Veo en Film Affinity que no llega al seis de media. Yo he puesto un 9 planetario. Me habrá pillado en madrugada blanda. La tenía guardada desde antes de la mudanza… no sé si por recomendación de alguien o como parte de mi viaje por la filmografía de Cusack. En cualquier caso ahí estaba, esperando su momento.

Hace dos horas me tejí otra vez la trampa. Me la puse para unos minutos, para echarle una invitación al sueño. Pero cuando te tienes acostumbrado a apurar todos los luceros del alba, el cerebro no entiende de futuros madrugones.

Título astronómico. Me encantó el inicio. Me chifló la continuación. Se me pasó volando. Y no sólo no me dormí sino que me tuve que poner a escribir esto. El cabrón del despertador amenaza con sonar en menos de tres horas.

Debe ser algo marciano estar delante de una pantalla escribiendo algo que no leerá nadie hasta el día siguiente. Mañana (hoy) me perseguirán las legañas a la velocidad de la luz. Pero no importa. Han sido dos horas fantásticas. Me acuesto con una sonrisa un poquito mayor de la que lucía al despertar.

Lo supe desde que vi la caja moviéndose. Sí, soy muy flojico, pero eso es lo que me enganchó. Adivino la fórmula que hay detrás del guión: niño raro con problemas, hombre viudo con un espacio que rellenar. Ok, infalible. Y además, el otro día en el tren también me puse lloricoso con una peli de Richard Gere sobre un perro fiel que esperaba a su amo día tras día. Sin dudarlo.

Lo admito. Pero el Niño de Marte está soberbio en su actuación. Y ya es un hecho que no puedo dormir, eso está claro. He caído atrapado por ese condenado marciano sin antenas: su cinturón de gravedad, su polaroid, su mirada curiosa. Su defensa de lo suyo…también sin dudarlo. Será que con los años me fío cada vez más de los niños y de los perros y menos de todo lo demás.

De vuelta a mi noche de insomnio miro la luna que tengo enfrente de la cama. Echa luz cuando llega la oscuridad. Por la ventana La Seo me mira vigilante mientras doy vueltas imaginarias a la habitación. Busco a un Hobbes o al peluche rojo. Pensando en brindar por todos los pequeños Calvin que viven en su pequeño mundo de fantasía. Esos geniales bajitos que saben lo que de verdad importa en esta vida: la sonrisa, una ilusión.

Si pudiera elegir como acabar esta historia estaría a lomos del gran bichejo de la historia interminable. Gritando a las nubes que el mundo de fantasía no se rinde. En la mía, al menos, mañana no suena el despertador.

Dichoso Morfeo llevando otra vez esas m&m de colores.

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2 thoughts on “Cosas de marcianos bajitos

  1. Viendo el video que has puesto me han dado ganas de verla. Será que ultimamente yo también estoy un poco blando…

  2. =)

    Yo tb viajaría a lomos de Fúyur jiji ahora mismo me iría tan lejos que no sé ni adónde!

    Te veo el jueves Ru!

    Por cierto, a mí la película, me gustó mucho

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