El corazón de Arenys

Decenas de años de maldición. Codazos en la cara, porterías que se hacían pequeñas, árbitros que resultaron gandules. Un país condenado al perpetuo fracaso en el considerado deporte rey. Colectivos más o menos brillantes pero siempre empequeñecidos por una negatividad constatada y creciente durante lustros. El mismo muro. Nunca pasaríamos de cuartos. No lo merecíamos, éramos un país futbolísticamente pequeño.

Brasileños, alemanes, franceses…nos miraban por encima del hombro. Contra Italia –zoquetes competitivos– nunca pasaríamos. Y no hablaríamos nunca con el orgullo de un argentino: jamás tendríamos un Diego.

Y ahí estábamos otra vez. Jugando más brillante que nunca y dejando a Buffon a cero. Como siempre. Pero a esta generación no la iban a engañar. No querían saber de límites o de complejos históricos. Estaban unidos, podían. A De Rossi le castigo el gran Espagueti Volador. Iker se hacía gigante en sus fogones.

Todo el país saltó. Nadie se lo podía crecer. Cuartos, italia, penalties. Ese chavalito estaba destinado a fallar. El quinto sería para un crío de 21 años. Sobre sus hombros el peso de la maldición.

Resopló, dio unos pasos hacia atrás. Luego confesaría que ya sabía lo que iba a hacer: esperar a que Buffon se tirara a un lado.

El caballo de Espartero había nacido en Arenys de Mar

Lo estaba pasando mal en Sudáfrica. A Cesc no le gusta ser suplente. Falló una ocasión clarísima cuando ya no había tiempo. Se llevó otra bronca de Casillas por hacer falta cerca del área. Pero otra vez iba a estar listo para la historia.

Torres colgó un balón a ninguna parte. Cuatro tulipanes vigilaban ese vuelo inútil….pero Cesc vigilaba el rechace. Reaccionó más rápido que ninguno y atisbó al pequeño Iniesta. Lo demás es historia.

Esa cervecita se la tenía merecida

Sigue teniendo 23 años y ya es un veterano de nuestras guerras deportivas. Por siempre y para siempre para mi será nuestro desatascador. El hombre que lo inició todo.

Gracias, Francesc.

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3 thoughts on “El corazón de Arenys

  1. El viernes salí por Bruselas después del trabajo y fui directa a la tienda de deportes y a las tiendas turísticas… todavía no tenía ni camiseta ni bandera… Iba pensando en comprarme la oficial, pero gracias al cielo (hemos ganado, pero el país y mi economía siguen igual) no quedaban tampoco por aquí. Además, tenía un dilema… yo quería el 7, pero el de quien tú y yo ya sabemos. Así que como no quería que los moros se metiesen conmigo cuando saliese por el Cincuentenario a correr, decidí hacer un esfuerzo y ponerme otro número. Otro nombre. Dudaba entre Iniesta y Cesc… y al final ganó el último por eso de no vestir todavía de azulgrana. Al final, ya te digo, ni camiseta oficial ni dilema.

    Pero había en la tienda unas muy chulas de algodón de nike con un toro y un España por delante y por detrás ponía número y nombre de Iniesta, Torres o Cesc. Aposté por el catalufo. Tenía la sensación de que iba a ser la sorpresa de Del Bosque para la final y que iba a cumplir; por las ganas acumuladas que tenía y porque nunca falla. En realidad, pensé que iba a tener mucho más protagonismo, que iba a salir de inicio, pero bueno, creo que coincidimos en que la espera mereció la pena. Ojalá Wegner consiga retenerle al menos este año. El Barça me da miedo y si llega Cesc, me quedo solita en la Bundesliga que parece que es lo que va a tocar…

    Y después de esta letanía más larga que tu post, te dejo muchos besos y un enlace
    pd- De la cerveza no digo nada porque efectivamente se la merecía… pero la mano…!!!!

  2. *¡Qué bien verte escribir otra vez! A ver si te pica el gusanillo ya del todo.

    Abrazos de aguanis

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